Todo un espectáculo para los que dispongan de tiempo en febrero y les guste el movimiento migratorio de las grullas. La laguna de Gallocanta es el lugar ideal para contemplar el amanecer en los últimos días de febrero. Cientos y cientos de grullas se elevan hasta conseguir las corrientes de aire que les llevará al Norte de Europa para la reproducción. Gallocanta es un pueblo muy pequeño y tranquilo; eso sí mucho frío, en el que las grullas son las principales protagonistas durante el otoño y el invierno.
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