El amanecer en Punta Entinas venía acompañado de unas ruidosas urracas. Pasaban de un arbusto a otro, utilizando las ramas para posarse y haciendo frente a otras aves que volaban en la zona. Nada que ver con los "monstruos" de las motos que hacen de las suyas, campando a sus anchas entre las dunas y en la zona de estepa.
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