El alcaraván es típico de la estepa, a la que se adapta conforme la civilización destruye su hábitat natural. La fotografía está tomada en la playa de Balerma a un metro de la carretera. El alcaraván ha incubado durante 28 días dos huevos, que ahora son dos pollos, en la proximidad de la carretera por la que a diario pasan coches, ciclistas y personas andando. Sorprende el tesón con el que ha salido adelante en un terreno arenoso y sin apenas vegetación; igualmente, su capacidad para ocultarse tan pegado a la arena para que pasara desapercibido.
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