Jornada de campo por los cortijos de Albuñol y Murtas, para acabar con un atardecer desde el cortijo La Cacería. Los cortijos de final del siglo XIX y principios del XX, que en su día acogieron más de diez familias se encuentran abandonados, en ruina, casi en el suelo y rodeados de campos de almendros que apenas se roturan. Palomar, El Acebuche, Merino bajo, Los Pinillos o El Castillejo están abandonados e invadidos por la vegetación. Desde primeras horas de la tarde la niebla subía por los barrancos de Albuñol formando un espectacular mar de nubes, que pudimos contemplar desde el cortijo La Cacería.
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