Los hombres y mujeres de fe creían que no habría lugar a imágenes como éstas. Que formaban parte del pasado del pueblo de Balerma. Pero, la dura realidad nos dice que estas estampas se repiten con mucha facilidad en la playa de Balerma. Desde San Juan hasta las Virgen de las Mercedes el poniente nos ha dado un pequeño respiro. Y el viento llegó de nuevo para no poder embarcar a la Virgen ó no contemplar el espectáculo pirotécnico que con tanta ilusión prepara la Peña El Carrizo. Que la bandera de la vergüenza deje de ondear en el humilde mástil que la mesa de trabajo había izado el día 5 de agosto en protesta por la situación de la playa, y en mi caso no disfrutar de unos churros. Pero, lo peor de todo es que la playa se ha vuelto a destrozar, y a mostrar su lado más amargo. El poniente suave deja al descubierto las vergüenzas de este pueblo marinero que el servicio de playas tiene que tapar cuanto antes para que disfrutemos de los días de verano que queda. Esta es la verdad que los más incrédulos de Balerma no reconocen, y que por ello la administración alargará hasta que crea oportuno dar una solución. SIN PRESIÓN NO HAY SOLUCIÓN; y, para esta larga lucha está preparada la Mesa de Trabajo, que no parará hasta conseguir la estabilización de la playa con una solución definitiva.